A la expectativa, en la recámara y siempre generando una amenaza de primer nivel, el Chelsea se ha acostumbrado a rozar las heroicidades que corona n a los grandes clubes de la historia, pero nunca siendo protagonista. Sabe lo que es levantar la Premier, las Copas inglesas y hasta convertirse en tiempo record en uno de los grandes clubes del mundo gracias a la inversión de su millonario ruso, un Roman Abramovich que sigue con la misma pesadilla año tras año, la Champions League. Tras un curso gris donde volvieron a ser actores de reparto, los Blues van a vivir una etapa de ‘limpieza’ que ha empezado con un nuevo golpe de talonario aunque esta vez, para su banquillo. Llega Villas-Boas, ‘The Special Two’.
Villas-Boas, la primera piedra del nuevo proyecto
El día en el que José Mourinho y Roman Abramovich cruzaron impresiones en mitad de una crisis de resultados en Stamford Bridge, el portugués dejó de ser el líder del proyecto que más había progresado y despertado en el fútbol mundial. Los Blues eran un equipo más dentro del entramado histórico de la Premier y en Europa apenas representaban una opción terciaria sin muchas noches legendarias a sus espaldas. Pero Mourinho convirtió a este equipo en ganador, en uno de los más físicos de Europa, en una máquina de generar goles y disfrute con un rápido estilo de extremos. Aquello se perdió, fue decayendo y el día que Mou abandonó Bridge, todos sus jugadores entendieron que habían perdido a un auténtico icono.
Cada jugador asumía que sin el hoy entrenador del Real Madrid, la dinámica de trabajo sería siempre inferior y aún recuerdo las palabras de Ahsley Cole y John Terry, asegurando que no podrían encontrar un míster de su nivel. Era detallista, ordenado tácticamente y compañero de sus jugadores, lo que le valió un respeto que hoy pretende emular su compatriota Villas-Boas. El luso, primer golpe de mando de Roman Abramovich en mucho tiempo, ha costado 15 millones de euros (había que liberarlo del Oporto), muestra clara de que el millonario ruso pretende retroceder en el tiempo y recuperar las mejores sensaciones de aquél Chelsea de Mourinho. Y es que, más allá de su trayectoria, nacionalidad y estilo, los dos entrenadores trabajan en la misma sintonía y Villas-Boas conoce Bridge al dedillo pues el culpable de que Mou llevara tan estudiado cada rival día tras día, no era otro que el que ahora se sienta en ese banquillo. Antes ‘espía’ y hoy, líder del proyecto más agresivo y esperanzador de la Premier en los últimos tiempos.
Renovarse sin hacer ruído
Ha sido tan largo el proceso de selección del nuevo entrenador (apareciendo a diario una nueva posibilidad pero sin concretarse ante los nervios de Abramovich), que apenas se ha podido entablar un camino acerca a las necesidades en la plantilla londinense. Una vez consumado Villas-Boas, toca empezar casi de cero en ese estudio que amplíe las perspectivas de una plantilla con muchísimas individualidades pero quizás algo corta en efectivos, algo que han padecido en los últimos años.
Además, sus nuevas ideas y su estilo, anhelan desde ya jugadores que se adapten a ello y, muy posiblemente, alguno de los que han estado a sus órdenes en el Oporto, puedan tener trayecto ya iniciado hacia la capital londinense (Falcao, Hulk, Guarín…). El colombiano, killer para Boas y eficaz en su estilo, tiene nuevo agente, un Jorge Mendes que conoce perfectamente al nuevo míster Blue y que puede facilitar su llegada.
Por ahora, los grandes titulares en forma de fichajes estelar, los acumulaba un Luka Modric que, justamente, llegaría para dar clarividencia, talento e inteligencia a una mediapunta que no ha gozado de estas variantes ofensivas en los últimos años. El croata aporta una lectura más técnica que física, siendo esta última, la principal cualidad desarrollada por los Blues en los últimos tiempos y, a su vez, uno de sus claros problemas para ofrecer mayor juego asociativo. El único fichaje ya cerrado, y que además en su caso no podrá llegar hasta diciembre porque necesita primero ser mayor de edad, es el de la perla brasileña de Sao Paulo, Lucas Piazón, adquirido por 7.5 millones de euros.
Con la misma fuerza ha sonado durante meses el gigante belga, Romelu Lukaku, que lo tendría muy avanzado con el Chelsea porque a pesar de los rumores, él siempre defendió la teoría de jugar en Bridge con Drogba. Quizás juegue, pero sin el marfileño. Su traspaso, muy encarrilado por Chelsea y Anderlecht, podría llegar a confirmarse en breve por unos 25 millones de euros, una cifra que aclara que Abramovich quiere renovar su vestuario y rejuvenecerlo. En esa misma línea llegaría una de las perlas belgas del momento, el extremo Kevin de Bruyne, una de las atracciones del último curso en el Genk y que ya habría contactado con los londinenses. Muchas posibilidades abiertas, pero ninguna consumada.
Un vestuario con ‘limpieza’ a fondo
La llegada de Villas-Boas no sólo propiciará nuevas caras tras de sí, sino la elección de aquellos que continuarán en el proyecto. Antes de que se conociera el nombre del nuevo entrenador, la hinchada y el entorno de analistas de la Premier, recalcaba la necesidad de renovar a fondo y quizás ‘limpiar’ las bases que durante tantos años han mantenido el estilo de los Blues. Allí aparece el claro dilema de la continuidad de algunos ‘pesos pesados’ del vestuario como Terry, Lampard o Drogba, columna vertebral durante los últimos años. Ya han cedido claramente en su rendimiento y muchos solicitan un míster que sea capaz de dejarles a un lado y continuar si su titularidad.
Jugadores como Obi Mikel, Paulo Ferreira, Kalou, Anelka o Bosingwa, están en esa misma tesitura que en días les aclarará su futuro sea en Londres o lejos de allí. Con tantos interrogantes, los únicos que ya han salido son varios jóvenes rumbo al Hamburgo, debido a una conexión tras la llegada al club alemán del que fuera director deportivo de los Blues, Fran Arneses. Conocedor de la cantera del cuadro inglés, se ha llevado en cuestión de días a Mancienne, Sala y Bruma, tres de sus jóvenes promesas que no iban a tener más continuidad con el proyecto portugués. Además, otros jóvenes talentos como Matic (vendido al Benfica) y Borini (comprado libre por el Parma tras su año de cesión al Swansea), también han emigrado en cuestión de días.
El nuevo técnico se encontrará, por tanto, un proyecto que con la contratación de Fernando Torres (al que desea recuperar para la causa) y David Luiz, ya movió ficha revolucionaria en invierno. Ahora hay que continuar, dar un giro completo y apuntar a una Champions que, de nuevo, sigue siendo el reto de Abramovich y sus cheques rusos.
Tema: Los planes del Chelsea 
Jue Jun 23, 2011 11:59 am
