Desde que el pasado lunes se confirmara el fichaje de Fernando Torres por el Chelsea, los aficionados del Liverpool se han sumido en una mezcla de depresión, decepción y odio al ver cómo se marchaba su ídolo de las últimas temporadas. Algo similar ha sucedido en el Newcastle, donde han perdido a Andy Carroll, el niño malcriado al que todos adoraban, y que se había convertido en mucho más que la estrella del equipo en las dos últimas campañas.
Uno de los problemas con los que se han encontrado ahora esos aficionados es qué hacer con las camisetas de estos dos futbolistas. No hay que olvidar que la de Torres ha sido la zamarra de la Premier más vendida en todo el mundo durante la última temporada, mientras que la de Carroll era, de largo, la más comprada en Newcastle y por los aficionados de los magpies donde quiera que estén. Algunos, muy decepcionados, han optado directamente por quemarlas; sin embargo, una ONG y ‘The Sun’ han encontrado una solución mejor.
Y es que entre Intermón Oxfam y el tabloide británico ha surgido la sensacional idea de que todos aquellos que se quieran deshacer de la camiseta de su "héroe traidor" (como así les llaman ellos) la podrán entregar al sistema de recogida creado por ambos, y que se encargará de que termine en manos de niños y jóvenes de los países africanos en los que trabaja dicha ONG, que actualmente se encuentra en 48 países de todo el mundo con más de 492 proyectos en el continente negro, América y Asia.
"Las camisetas que durante años han sido un tesoro para muchos niños y adultos pueden viajar a Africa", asegura Sara Farquhar, miembro de Intermón. "Esas camisetas que ya no queréis serán un orgullo para los aficionados de Senegal o Gambia, que aman este deporte tanto como vosotros", añade.
Además, más allá del solidario gesto que pueden llevar a cabo todos los aficionados, la versión digital de The Sun se compromete a citar en su web a todas aquellas personas que así lo deseen, así como una fotografía si deciden enviarla.
Se trata de una bonita iniciativa, que por un lado puede satisfacer a los desilusionados supporters, quienes por lo menos pueden sentir que aún tienen algo que hacer con aquellas camisetas de sus otrora ídolos y hoy traidores, así como a aquellos que las reciban pues, más allá de gozar de nuevas prendas, a buen seguro que a más de uno la reportará una sonrisa el enfundarse la zamarra de uno de los futbolistas más conocidos del planeta, como es Fernando Torres.
Eso sí, lo que no sabemos es qué hará el aficionado inglés que pocos días antes se cambió su nombre por el de Fernando Torres, o los muchos que se han tatuado el nombre del madrileño en su cuerpo. Esos, nos tememos, ya no tienen remedio.